He visto los cielos arder y a negras aves surcar
la eternidad de su sangre azul, el filo de plumas
llenas de fulgor adornan el atardecer
y lo convierten en oscuridad,
así como un pincel lleno de pintura negra infecta
la transparencia de las aguas.
Mis manos están frías, vuelve a amanecer
pero los cielos están enfermos,
me lo dice la expresión exangüe en el rostro
del sol, esta pálido, esta muy mal, teme morir
una vez mas sin llegar a ver el final de si mismo.
En mi interior una guerra llego a su fin y una vez mas
soy el perdedor...
Y estas aves negras de oscuro fulgor llegan, detrás de si traen
ritos antiguos, ritos de otoño, ritos de invierno, ritos que siempre
anuncian el final y me recuerdan que nunca podremos volar tan alto.
la eternidad de su sangre azul, el filo de plumas
llenas de fulgor adornan el atardecer
y lo convierten en oscuridad,
así como un pincel lleno de pintura negra infecta
la transparencia de las aguas.
Mis manos están frías, vuelve a amanecer
pero los cielos están enfermos,
me lo dice la expresión exangüe en el rostro
del sol, esta pálido, esta muy mal, teme morir
una vez mas sin llegar a ver el final de si mismo.
En mi interior una guerra llego a su fin y una vez mas
soy el perdedor...
Y estas aves negras de oscuro fulgor llegan, detrás de si traen
ritos antiguos, ritos de otoño, ritos de invierno, ritos que siempre
anuncian el final y me recuerdan que nunca podremos volar tan alto.