Suicidio de Terciopelo Morado

Me corte el cuello, el filo de una hermosa navaja corto mi piel
tan suave como si fuese la caricia de un ángel, la sangre fluía
como un dulce elixir sobre terciopelo morado.

Todo estaba preparado para mi funeral, un traje, dulces, flores,
una ultima nota, etc.
Solo faltaba que mi vida terminara así como un cuento sin sentido
pero hermoso.

Justo en el momento del adiós, ese momento en que el ultimo suspiro
debió abandonar mi lastimoso cuerpo... Desperté del sueño, solo había
sido un sueño mas, pero... aun me dolía el cuello.

La Ubicación del Cielo

Hoy volví a ver el Cielo, había extraviado su ubicación,
pero lo encontré nuevamente, seguía ahí,
hermoso, enigmático y eterno, con esa piel tersa,
la misma que recorrían mis ojos inocentes de niño, hace
ya algunos años.

Los ejércitos imperecederos de nubes se mueven con
la misma gracia y suavidad que el algodón
de azúcar, libres y felices, nunca las podría
atrapar por mas que levantase mis manos en eternidad.

Me llevan de regreso a esos años, a mis viejos pasos,
cuando creí que podría volar eternamente
y sin caer, sin que nadie intentase derribarme como
a un ave de caza, pero las escopetas siempre apuntan
alto, ahí donde solo vuela la libertad.

Esos años ya acabaron, pero grises figuras me siguen
cazando, quieren atraparme, encadenarme
y alimentarse a voluntad de mis viejos y nuevos sueños,
ya me han atacado varias veces, pero siempre escapo.

Y ahora que lo pienso, tal vez por eso perdí la ubicación del Cielo...