Todos vivimos en el mismo lugar amontonados, juntos, cual manada salvaje de lobos, uno cuida del otro y viceversa.
Una ciudad extraña sin nombre ni día, el atardecer, la noche y el misterio dominaban el lugar, nunca vi el sol en lo alto, solo al horizonte mientras moría... Una noche saliendo de ningún lugar, comenzamos a subir un puente, las drogas entraron en nuestro cuerpo, por nuestros labios, nuestra piel, asi infiltrandose entre las celulas hasta llegar al torrente sanguíneo, el cerebro, los nervios, todo, poco a poco fue invadido por nuevas sensaciones, al llegar a la cima del puente este se volvió inmenso, sin fin ni dirección...
Todo cambiaba con cada paso que dábamos, todos vimos algo diferente aquella estrellada e infinita noche, en cada extremo del puente pude ver lamparas de luz amarilla, estas estaban rotas, los fotones estaban libres de su cárcel cristalina, estos se arrejuntaron creando dos inmensos dragones de fuego que se liberaron, torcieron y fundieron con la noche, crearon espirales dimencionales en torno al puente, pude jugar con el fuego del pensamiento, ver la creación a partir de la liberación de los fotones de luz, las manchas blancas del cielo en ese momento llamadas estrellas unieron su brillo para dar energía los dragones que tomaron mi corazón desprevenido y lo inyectaron con la visión que los mortales envidian tener y que los dioses ansían ocultar... El caminar nuestro continuo, los dragones me acompañaron toda la noche, dazé entre el fuego, la noche, la vida y la luz, al final del puente, todo regreso a su lugar, cada escalón que descendíamos era un escalón mas que descendíamos a la realidad, la noche acabo y con ella nuestros sueños...
Abrí los ojos y estaba con mis hermanos nuevamente, amontonados cual jauría salvaje, protegiéndonos unos a otros, todo estaba muy bien, pero... Una campanilla sonó en mi cabeza... Voltee la vista y estaba en mi habitación, en casa de mi familia, había un cuchillo en mi mano y sangre al rededor, me levante y vi a través del reflejo de un viejo y polvoriento espejo, un cuerpo tirado y lleno de marcas, de las sombras comenzaron a emanar lobos, cubriendo todo con su pelaje sumergiendome en su oscuridad...
Despierto y estoy solo, tengo frió, parece que volví a soñar con una realidad inexistente, me duelen los brazos, hay una aguja clavada en mi brazo izquierdo, a la aguja le sigue un tubo flácido y delgado como una lombriz transparente que llega hasta una bolsa traslucida, esta contiene un suero, me levanto con debilidad, quiero salir de aquí, estoy en un cuarto grande con paredes blancas, la puerta tiene... una ventana......creo.....que....... esto es un manicomio....
Una ciudad extraña sin nombre ni día, el atardecer, la noche y el misterio dominaban el lugar, nunca vi el sol en lo alto, solo al horizonte mientras moría... Una noche saliendo de ningún lugar, comenzamos a subir un puente, las drogas entraron en nuestro cuerpo, por nuestros labios, nuestra piel, asi infiltrandose entre las celulas hasta llegar al torrente sanguíneo, el cerebro, los nervios, todo, poco a poco fue invadido por nuevas sensaciones, al llegar a la cima del puente este se volvió inmenso, sin fin ni dirección...
Todo cambiaba con cada paso que dábamos, todos vimos algo diferente aquella estrellada e infinita noche, en cada extremo del puente pude ver lamparas de luz amarilla, estas estaban rotas, los fotones estaban libres de su cárcel cristalina, estos se arrejuntaron creando dos inmensos dragones de fuego que se liberaron, torcieron y fundieron con la noche, crearon espirales dimencionales en torno al puente, pude jugar con el fuego del pensamiento, ver la creación a partir de la liberación de los fotones de luz, las manchas blancas del cielo en ese momento llamadas estrellas unieron su brillo para dar energía los dragones que tomaron mi corazón desprevenido y lo inyectaron con la visión que los mortales envidian tener y que los dioses ansían ocultar... El caminar nuestro continuo, los dragones me acompañaron toda la noche, dazé entre el fuego, la noche, la vida y la luz, al final del puente, todo regreso a su lugar, cada escalón que descendíamos era un escalón mas que descendíamos a la realidad, la noche acabo y con ella nuestros sueños...
Abrí los ojos y estaba con mis hermanos nuevamente, amontonados cual jauría salvaje, protegiéndonos unos a otros, todo estaba muy bien, pero... Una campanilla sonó en mi cabeza... Voltee la vista y estaba en mi habitación, en casa de mi familia, había un cuchillo en mi mano y sangre al rededor, me levante y vi a través del reflejo de un viejo y polvoriento espejo, un cuerpo tirado y lleno de marcas, de las sombras comenzaron a emanar lobos, cubriendo todo con su pelaje sumergiendome en su oscuridad...
Despierto y estoy solo, tengo frió, parece que volví a soñar con una realidad inexistente, me duelen los brazos, hay una aguja clavada en mi brazo izquierdo, a la aguja le sigue un tubo flácido y delgado como una lombriz transparente que llega hasta una bolsa traslucida, esta contiene un suero, me levanto con debilidad, quiero salir de aquí, estoy en un cuarto grande con paredes blancas, la puerta tiene... una ventana......creo.....que....... esto es un manicomio....
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