Sentado en el puerto contemplo el mar,
perdido entre paramos,
iluminado por un faro,
gigante marítimo
triste y solitario en el frió mar,
ni tu constante luz puede
calentar tu frió y amargo corazón,
lleno de lágrimas y despedidas.
Una noche neblinosa contemplo,
una barca en medio del horizonte,
una pequeña barca entre las furiosas
aguas del negro mar.
Sirenas... Sirenas se bañan
con mis lágrimas saladas
y enigmáticas como el mar.
El mar en el que me encuentro,
es un mar atormentado
por cientos de lágrimas de ángeles,
que caen bajo el cielo de otoño en una
vorágine de hermosura y poesía,
todo es enigmático en este lugar.
El color del mar cambia constantemente,
unas veces es azul como el cielo,
otras veces es rojos como la sangre
de una doncella,
algunas otras es negro como si la
vida en el muriera en una vorágine
de placer locura y una poesía
incoherente y salvaje...
perdido entre paramos,
iluminado por un faro,
gigante marítimo
triste y solitario en el frió mar,
ni tu constante luz puede
calentar tu frió y amargo corazón,
lleno de lágrimas y despedidas.
Una noche neblinosa contemplo,
una barca en medio del horizonte,
una pequeña barca entre las furiosas
aguas del negro mar.
Sirenas... Sirenas se bañan
con mis lágrimas saladas
y enigmáticas como el mar.
El mar en el que me encuentro,
es un mar atormentado
por cientos de lágrimas de ángeles,
que caen bajo el cielo de otoño en una
vorágine de hermosura y poesía,
todo es enigmático en este lugar.
El color del mar cambia constantemente,
unas veces es azul como el cielo,
otras veces es rojos como la sangre
de una doncella,
algunas otras es negro como si la
vida en el muriera en una vorágine
de placer locura y una poesía
incoherente y salvaje...
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