viernes, 4 de septiembre de 2009

Narración del día En que Morí…

La Mañana despunto con el opaco sol, fue una mañana húmeda y rojiza, el sol no pudo asomar su blanco rostro, la tranquilidad de las sombras empaño mi cuerpo con el sopor de las nubes candorosas llenas de misterio…

La tarde también fue apacible, me sentí bien, las nubes aun custodiaban al sol.
Todo era calma quietud, comodidad… Pero, al dar las 3 en punto, algo cambio drásticamente…

¿Qué fue? No lo se, sentí debilidad… No Podía mantenerme en pie, miradas ajenas me llenaban el rostro, los ojos se me cerraban, los sonidos se volvían difusos…

Me sostuve de la pared…

Una señora que pasaba me tomo del brazo y pregunto: -¿Estas bien hijo? ¿No quieres que llame a alguien que te ayude?

Levante la vista y la mujer me vio con horror no se que se escondía en mi mirar, pero salio huyendo sin siquiera dejarme hablar…

Al Recuperarme me encamine hacia mi hogar, el camino fue arduo, tenia miedo, de que, no se, solo lo tenia… Las nubes se veían rojas, mi abuela me contó una vez que eso significaba sangre, no se que sucedería, pero seguí mi camino a casa…

Al llegar aun estaba inquieto, parecía que pronto se soltaría un aguacero.

Ya que me encontraba solo en ese atardecer tan difuminado decidí llamarte al celular pero no contestaste, llame a tu casa y me dijeron que aun no llegabas, mi inquietud aumento pues te necesitaba a mi lado justamente en ese momento, o tan siquiera escuchar tu dulce voz, pero no fue posible…

Caminaba inquieto una y otra vez en mi habitación, no sabia que hacer, me asome a la ventana para ver si venias por ese camino. Volví a llamar a tu celular y a tu casa, pero nada…

Mis pasos me condujeron a la escalera y esta al techo de mi casa, contemple la lejanía, te busque en la infinita y gris ciudad pero no pude ubicar tu sonrisa desde el techo de mi hogar…

Dieron las 6 en punto me asome al vacío y fue hipnótico de nuevo me sentí tranquilo como en la mañana, no supe que fue, si el cielo oscureciéndose o la primer gota de lluvia al caer… Pero me sentí en armonía con lo que merodeaba, el viento me acaricio, el cielo me sonrío y la inmensidad me contemplo sobre el techo de mi casa…

En ese momento quise volar y hacerme uno todo…

Recargué mis pies sobre la barda y salte sobre la inmensa cuidad como si fuese un buitre en picada, el viento me acariciaba la caída me reconfortaba, sentí la vida emerger por mi cuerpo, todos los sentimientos al mismo tiempo……

Al Final de Mi vuelo Solo escuche un golpe Seco y Nada Más…

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