Mujer de Arena

En mi habitación de infierno, asesine a la mujer que amaba,
las paredes sangran y el firmamento llora en desconsuelo,
tras las cortinas su hermoso cuerpo se pierde,
detrás del silencio se esconden sus gritos,
confundidos entre dolor y placer, gritos que pierden candor,
detonados en el momento que la navaja besa su cuerpo
con su infinito y punzante filo sobre la piel, tersa,
somnolienta, rutilante...
Ahora desgarrada, poco a poco desierta, con escénica
a hermosa y sombría mujer muerta.
Los filamentos de la piel rotos, dejan escapar infinitos cristales
de arena que alimentan mis paramos negros, como un fantasma
su sombra me atraviesa, vuelve a morder mi corazón,
me envenena con su desfallecida pasión.
Eres una mujer de arena, tan solo una ilusión, pero eres tan real
que ahora creo que en verdad, has muerto y lloro al no saber si debo
enterrarte o dejar que te escapes con el viento.
Eres una mujer de arena que una vez alimento mis sueños, que ahora también morirán.