viernes, 15 de abril de 2011

Para los que nos estamos muriendo

 Dedicado a mi Abuela quien se acerca a esa intrincada brecha de espera...

Unos rezan ante un dios sin nombre,
otros mueren creyendo que no hay
nada más que la muerte,
como moriremos nosotros?
No lo se.
Solo se que lo haremos así como
han muerto otros tantos y
como se morirán muchos mas…

Moriremos con sonrisas en el rostro o
moriremos con lagrimas en los ojos?

Nos iremos al infierno, nos iremos al cielo
o nos quedaremos en la tierra sufriendo?
sea lo que sea pasara, pues,
en la oscuridad de los días,
en la luz de las noches,
en el polvo de las telarañas meciéndose,
a nuestro lado izquierdo,
en el punto ciego de nuestros ojos,
en la comisura de nuestros labios,
en estos y mas lugares se esconde,
bien oculta,
la muerte querida esperando
el día en que nos dará la mano,
en que nos abrase,
o en que nos reciba con un tierno beso.

Pero bueno mientras se pasea por ahí y por alla,
nosotros caminaremos de igual forma,
errantes y vagabundos por estas tierras sin dios ni amo,
vagaremos como hojas mecidas con la caliente brisa de
este abril.

Quien sabe cuantos meses mas mute nuestra forma,
pero aquí seguiremos, unos soñando con libertad,
otros volando en el mar, muchos amando,
pero siempre terminando igual…
una vez que su reloj suene no podremos dar marcha atrás.
bueno me voy pues alguien toca a mi puerta.
Me pregunto quien será?

2 comentarios:

  1. Había una ves una banda de payasos que siempre reían y vagaban por todos los pueblos del mundo haciendo reír a las personas.
    Un día, el mas viejo de los payasos murió a mitad de un show en cierto pueblo. Los payasos nunca pararon de reír y la gente del pueblo avergonzada decidió hacerle un respetuoso funeral.
    La gente lloraba como era tradición en los funerales y se indignaba de escuchar el poco respeto que demostraban los payasos con sus risas en medio del funeral de su anciano compañero. Al comenzar a cremar al viejo (como era tradición en la región) las ropas del anciano comenzaron a arder y de pronto las risas de sus compañeros se vieron adornadas por cientos de cohetes que el anciano había colocado debajo de su atuendo antes de morir.
    <-- ese es mi cuento favorito acerca de la muerte. Por fortuna o desgracia muchas veces el tiempo nos da tiempo para aceptar que se termino el tiempo.

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  2. Lastima ke no tiene un ikono de "me gusta" pero es una cuento muy bueno, gracias por el komentario saludos loff

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