Camino por calles desnudas, las estrellas se suicidaron,
un manto de luces cubre la ciudad,
pues la gente teme la oscuridad de los rostros,
camino en calles llenas de cruces de hierro,
flores muertas, lágrimas y rezos sin cuerpo.
Los corazones de la ciudad están rotos,
las luces son frías al igual que las risas,
casas negras se iluminan por la noche y
se llenan de cuerpos vacíos, cuerpos que
fueron engañados, creen que los problemas
se pierden dentro de las botellas de cristal,
pues así es como sus padres ocultaban
la realidad.
El monstruo se oculta en las sombras,
por eso todos las odian,
un monstruo que devora pecados y pecadores,
un ser despreciable que trae lo peor,
por las noches todos rezan
para que el monstruo no les haga daño.
Cruces Negras dibujadas con la ceniza de
Dios en la frente pues la gente le teme,
por las noches todo cambia,
todos se esconden mientras los niños
corren buscando dulces entre los huesos
de los muertos, dulces siempre coloridos.
Temen a si mismos porque así les dijeron que tenia que ser,
mientras el neón este palpitando pueden pecar a su antojo,
Aunque solo este un pequeño halo presente todo estará bien,
pero en cuanto la sombra los devora dentro de su oscuridad.
tiemblan chocando huesos.
Recorro las calles, mientras las almas que temen se pierden,
ciegas, hambrientas, llenas de miedo y temblando de frió,
sigo mi caminar, contemplando como un dios a su creación,
mis ropas oscuras me esconden de los ojos humanos.
Un grupo de niños corre a mi alrededor jugando y sonriendo
disfrutando de las luces nocturnas sin miedo en el corazón,
comiendo los dulces perdidos, sus pieles ocultas en disfraces
como diablos, brujas, fantasmas y esqueletos recorren las calles
conmigo, como las almas perdidas que he revivido.
un manto de luces cubre la ciudad,
pues la gente teme la oscuridad de los rostros,
camino en calles llenas de cruces de hierro,
flores muertas, lágrimas y rezos sin cuerpo.
Los corazones de la ciudad están rotos,
las luces son frías al igual que las risas,
casas negras se iluminan por la noche y
se llenan de cuerpos vacíos, cuerpos que
fueron engañados, creen que los problemas
se pierden dentro de las botellas de cristal,
pues así es como sus padres ocultaban
la realidad.
El monstruo se oculta en las sombras,
por eso todos las odian,
un monstruo que devora pecados y pecadores,
un ser despreciable que trae lo peor,
por las noches todos rezan
para que el monstruo no les haga daño.
Cruces Negras dibujadas con la ceniza de
Dios en la frente pues la gente le teme,
por las noches todo cambia,
todos se esconden mientras los niños
corren buscando dulces entre los huesos
de los muertos, dulces siempre coloridos.
Temen a si mismos porque así les dijeron que tenia que ser,
mientras el neón este palpitando pueden pecar a su antojo,
Aunque solo este un pequeño halo presente todo estará bien,
pero en cuanto la sombra los devora dentro de su oscuridad.
tiemblan chocando huesos.
Recorro las calles, mientras las almas que temen se pierden,
ciegas, hambrientas, llenas de miedo y temblando de frió,
sigo mi caminar, contemplando como un dios a su creación,
mis ropas oscuras me esconden de los ojos humanos.
Un grupo de niños corre a mi alrededor jugando y sonriendo
disfrutando de las luces nocturnas sin miedo en el corazón,
comiendo los dulces perdidos, sus pieles ocultas en disfraces
como diablos, brujas, fantasmas y esqueletos recorren las calles
conmigo, como las almas perdidas que he revivido.
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