El Cuerpo bajo la Alfombra

Dejaste un páramo vacío en mis ojos,
todos mis sueños se suicidaron.
No quedarían más palabras en mis labios,
si mi sangre se hubiera agotado,
pero aun gotea desde mis venas;
con ella escribo estas erráticas letras.

Me quedo en medio de la oscuridad,
como el fruto olvidado `e algún vientre;
alimentándome de escoria y miseria,
aprendo a odiarte.
Por un estúpido error,
por una falsa ilusión creí amarte.
Ahora quiero arrancarte de mis ojos,
de mi mente.

Los gritos en mi cabeza se callan,
cuando la sangre escurre
suave y lenta sobre el filo de mi navaja...
Muerta,
ahora sólo eso queda
de mis recuerdos,
de mis sueños,
de mis anhelos;
de todos mis pensamientos sólo eso queda:
la imagen de verla muerta...

Así como las palabras languidecen,
me quedo en silencio,
en medio de la oscuridad de este cuarto,
en completo y absoluto silencio;
ahora el sentimiento de paz me alimenta,
sólo tranquilidad,
pues me rodea
un bello y mortuorio silencio...
silencio...
silencio...