Día Uno

Hoy desperté mientras aun te estaba soñando, a través del cristal
de mi ventana pude contemplar el cielo,
las nubes se encontraban en guerra, la piel del sol se torno
opaca y fría, su rostro exangüe me trajo como un recuerdo
la nostalgia matutina.

Camino sobre mis amadas calles vacías, tan solas como yo,
el viento sopla frió entre las oscuras copas de los arboles,
elevando las basuras perdidas como si fuesen aves de fríos
colores, el polvo crea fantasmas de viento que caminan
junto a mi.

La nostalgia se queda en mis labios y en mi corazón, las ultimas
hojas que dejo el otoño revolotean como mariposas secas,
las voces de los arboles me traen canciones y recuerdos
de mi infancia.

Las luces juegan con la oscuridad, como si el día no quisiera
convertirse en noche, sigo caminando por estas
infinitas calles, tengo un buen presentimiento, como si todo
fuese a salir bien.

La nostalgia y los viejos recuerdos me abrazan bajo este cielo
hermoso y gris, el sol detrás de las nubes guerreras
me observa con atención, el viento me abraza
y me llena de hojas secas, el páramo es hermoso y yo me quedo
con este buen presentimiento.